Las extracciones complejas son las que se aplican para extraer las muelas del juicio o dientes retenidos, una patología común que afecta sobre todo a los caninos. También se usa para retirar aquellas piezas muy dañadas por causas como un accidente, una caries o una mala salud bucodental.

Sin duda, la extracción compleja más conocida es la de los cordales o muelas del juicio. Al ser los últimos dientes en aparecer, muchas veces ya en la edad adulta, suelen dar muchos problemas para emerger. Es común ver que no tienen espacio, o que se quedan atrapados en la encía. También se suelen observar bastantes casos en los que las muelas están torcidas y provocan apiñamiento.

Otro ejemplo de extracción compleja es la que se realiza cuando existe un diente retenido en el hueso maxilar. Generalmente sucede con los caninos, ya que hay personas a las que esta pieza no les emerge o lo hace de forma inadecuada. Cuando sucede esto, la primera opción es intentar reconducir este diente para integrarlo en la dentadura, pero hay situaciones en las que no es posible. En ese caso, lo mejor es retirarlo, ya que puede causar daños en las raíces de los dientes vecinos e incluso provocar algún quiste.

La caída de un diente suele acarrear la pérdida del hueso y la encía que lo rodean. Para devolver la zona dañada a su estado óptimo, en ocasiones se necesita realizar una regeneración ósea. Esta intervención consiste en reponer los tejidos perdidos para después colocar sobre ellos un implante dental.

Para que el resultado sea el deseado, recogemos muestras de hueso de otra parte de la boca, que podemos mezclar con partículas de hidroxiapatita de calcio si no tenemos suficiente hueso autólogo. Esta técnica de cirugía oral, en algunos casos, puede realizarse de forma simultánea a la colocación del implante, en otros habrá que esperar seis meses para poder insertarlo en el nuevo hueso.

La regeneración ósea se realiza colocando una membrana sobre el injerto de hueso. Esta membrana puede ser reabsorbible o no. Las primeras las eliminará el propio organismo, mientras que para retirar las segundas habrá que realizar otra cirugía. El objetivo de esta intervención es favorecer el crecimiento del hueso maxilar, bien con fines funcionales, como puede ser colocar un implante, o estéticos.

El cuidado de las encías es tan importante como el de los dientes. Tener unas encías sanas y bonitas suma muchos puntos a una sonrisa. Por eso, cada vez más personas optan por realizarse una cirugía estética de la encía.

En odontología, denominamos arquitectura gingival al aspecto de la encía, que a su vez da forma a los dientes. Gran parte de la apariencia de nuestra sonrisa es otorgada por el ancho de la encía que los recubre, lo que delimita la parte visible de la pieza dental.

En algunos casos, los dientes están parcialmene ocultos bajo la encía, lo que se conoce como agrandamiento gingival, y que da un aspecto antiestético. En estas ocasiones, podemos eliminar el exceso de encía, dejando al descubierto la totalidad de la corona dental.

También podemos encontrarnos con la situación opuesta, donde la encía se retrae y deja al descubierto parte de la raíz. Para solucionarlo, necesitamos recurrir a la cirugía oral para recomponer la falta de tejido mediante injertos que se destinarán a mejorar la estética y protección del diente.

Aunque las técnicas de cirugía oral que explicamos en este artículo son muy frecuentes en la mayoría de clínicas dentales, hay que destacar la importancia de ponerse en manos expertas. En Clínicas Sáenz-Diez  estamos especializados en implantes y casos difíciles.

Con más de 40 años de experiencia, te prometemos un trato personalizado, atento y profesional. Porque tu salud dental es muy importante para nosotros. Te ofrecemos la seguridad de un equipo de odontólogos expertos que se volcarán en tu caso para ofrecerte una solución rápida y duradera. Si deseas obtener más información acerca de los tipos de cirugía oral o de cualquier otro tratamiento, no dudes en pedir cita, estaremos encantados de atenderte.