En este tratamiento los brackets se colocan detrás de los dientes por lo que son invisibles desde fuera. Se fabrican de manera personalizada para cada paciente. Pese a que se colocan tras los dientes, no dificultan el habla ni la masticación. Es la solución más estética entre las ortodoncias.

Son un conjunto de piezas unidas por un arco que se adhieren a la parte frontal de los dientes. Existen distintos tipos de brackets en función de los materiales utilizados

Hechos de acero, son fuertes y resisten muy bien la oxidación y la humedad. Son los clásicos y más habituales entre niños y adolescentes. Son los más económicos y consiguen excelentes resultados, si bien son los menos estéticos. El resto de brackets se consideran estéticos. 

Son blancos opacos, mucho más estéticos que los metálicos, y con la misma funcionalidad. No se tiñen con el tiempo, lo que supone una ventaja respecto a los de resina.

También transparentes, lo que los hace prácticamente invisibles y muy discretos. Por su estructura, transparentan el color del diente y no se tiñen ni cambian de color. La colocación de los dientes es tan eficiente como en el resto de brackets.

A diferencia de los brackets convencionales, los brackets con autoligado evitan el uso de gomas elásticas para unirlos al arco. En su lugar, los autoligables utilizan un mecanismo de clip que genera menos fricción.

Para una mejor apariencia, los brackets autoligables también pueden ser cerámicos. Los cerámicos son más discretos y permiten que se vea el color de los dientes, lo que hace que ofrezcan un mejor aspecto estético.